27 países alrededor del mundo aceptan el matrimonio civil para parejas de personas gais y lesbianas. Pero la constante discriminación hacia personas gais y transgéneros en muchas partes de latinoamérica, envía un mensaje negativo que nuestra región rechaza los estándares internacionales de negocios y que estamos “closed to business”. 

La Corte Interamericana de Derechos Humanos fue clara en su Opinión Consultiva de 2018: Todo país miembro del Sistema Interamericano debe aceptar el matrimonio civil para parejas del mismo sexo. 

Pero hasta que el matrimonio civil igualitario sea ley a lo largo y ancho de Latinoamérica, nuestras compañías, sus empleados y clientes serán forzados a navegar un complicado camino de leyes, donde familias conformadas por parejas del mismo sexo, son excluidas de protecciones importantes, con el debido reconocimiento cuando cruzan esas líneas fronterizas. 

La mayoría de las compañías de “Fortune 500”, incluyendo varias de las voces líderes de los negocios en Latinoamérica, ofrecen beneficios a parejas del mismo sexo, no solo porque es lo correcto, sino porque es bueno para sus negocios. Pero políticas corporativas inclusivas no son suficiente. 

En Estados Unidos (EE.UU), un studio mostró que los costos asociados con el mantenimiento de los beneficios para las parejas del mismo sexo en estados con diferentes leyes de matrimonio, sumaban un total de $1.3 mil millones por año. Esto llevó a muchas grandes corporaciones globales a unirse con más de 400 empleadores de todo EE.UU, para presentar un informe  a la Corte Suprema en 2015, citando la innecesaria carga administrativa y económica que soportaron sus empresas para acomodar a sus empleados y seguir siendo competitivos en la economía global. 

A medida que más países adoptan la libertad de contraer matrimonio en Latinoamérica, y otros se quedan atrás, muchas empresas que operan en nuestra región enfrentan cargas similares y costosas, lo que hace cada vez más difícil hacer negocios aquí.

Investigaciones demuestran que una fuerza laboral diversa es más creativa, productiva y competitiva en todo el mundo. Los empleados en relaciones del mismo sexo, merecen los mismos beneficios que otras parejas casadas, y así serán más leales y productivos en los lugares de trabajo que reconocen sus relaciones.

Los trabajadores más calificados, especialmente los millenials, quieren trabajar en un país donde todos son tratados con respeto, donde personas de todos los orígenes e identidades pueden vivir juntas y en armonía.

El apego de individuos y familias a su comunidad, incluida la apertura y la acogida de la comunidad y sus negocios para todas las personas, incluidas las parejas del mismo sexo, es un importante indicador del crecimiento económico y una gran ayuda para pequeñas empresas.

Extender la libertad de casarse a parejas del mismo sexo en Latinoamérica, demostrará ser un motor económico vital, ayudando a atraer y retener a los mejores talentos, generar ingresos fiscales y crear nuevos empleos.